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Elogio del pensamiento crítico

El último cóndor
@ Alejandro Obregón [Colombia]

Renán Vega Cantor

“Quien quiera hoy día combatir la mentira y la ignorancia y escribir la verdad, tiene que vencer, por lo menos, cinco obstáculos. Deberá tener el valor de escribir la verdad, aun cuando sea reprimida por doquier; la perspicacia de reconocerla, aun cuando sea solapada por doquier; el arte de hacerla manejable como un arma; criterio para escoger a aquellos en cuyas manos se haga eficaz; astucia para propagarla entre éstos. Estos obstáculos son grandes para aquellos que escriben bajo la férula del fascismo, pero existen también para aquellos que fueron expulsados o han huido, e incluso para aquellos que escriben en los países de la libertad burguesa”. Bertold Brecht / “Cinco obstáculos para escribir la verdad”, en El arte y la política, Editorial Nueva Nicaragua, Managua, 1985, pp. 222-223.

“¿No tienes enemigos? ¿Cómo que no? ¿Es que jamás dijiste la verdad, ni jamás amaste la justicia?” Santiago Ramón y Cajal, citado en Eduardo Galeano, Los hijos de los días, Siglo XXI Editores, Buenos Aires, 2012, p. 386.
El término Pensamiento Crítico puede resultar siendo una abstracción y hasta tener un carácter t autológico, si no se precisa qué se entiende por tal denominación. Una abstracción que puede convertirse en un mero enunciado, que se repite sin mucho cuidado. Una tautología porque en rigor todo pensamiento que amerite tal nombre debería ser crítico con todo lo existente y consigo mismo. Pero como hoy se han entronizado en el mundo entero un conjunto de banalidades propias de un pensamiento único, un pensamiento sumiso y un pensamiento abyecto, adquiere sentido hablar de pensamiento crítico, no sólo para diferenciarse de estas formas sino para rescatar la esencia de una reflexión que no se quede en la mera contemplación, aceptación o apología de todo lo existente. En ese orden   de ideas, y de manera algo esquemática, intentaremos precisar cuáles serían en nuestro sentir y entender las características del pensamiento crítico, que se encarna, por supuesto, en hombres y mujeres de carne y hueso, quienes son los pensadores y las pensadoras críticos. 
1
Es un pensamiento histórico: El sistema capitalista se presenta a sí mismo como el fin de la historia, el mejor de los mundos, una realidad insustituible sin pasado ni futuro y la realización plena del presente perpetuo, que siempre gravita sobre lo mismo: sobre la producción mercantil y el consumo exacerbado. Ni antes ni después del capitalismo se concibe la existencia de otras formas de organización social, porque todo se sujeta al endemoniado ritmo de la pretendida “destrucción creadora”, que promete un reino eterno, aquí en la tierra, de opulencia y derroche. Para que todas estas falacias se impongan se hace necesario cortar los vínculos de los seres humanos con la historia, o mejor dicho, negar que nosotros somos seres históricos, que estamos anclados al mismo tiempo en el pasado, el presente y el futuro, y que en el pasado relucen los destellos de proyectos y alternativas de los vencidos que iluminan el futuro, para que el presente no aparezca como una fatalidad que tenemos que aceptar y contra la cual nada podemos hacer. Por eso, se ha impuesto la amnesia y el olvido, para que aceptemos que siempre ha existido y existirá el capitalismo, sin que podamos concebir otras formas de organización social y otras maneras de relacionarnos entre nosotros y con la naturaleza.
Para enfrentar esos prejuicios sobre la eternidad del presente capitalista, la historia debe ser un instrumento indispensable de análisis y reflexión que nos ayude a recuperar otras perspectivas, que nos recuerdan que el capitalismo es sola una relación social históricamente constituida, que no representa ni mucho menos el fin de la historia. El conocimiento histórico nos ayuda a comprender que el presente actualmente existente es el resultado de procesos complejos en donde, entre muchas alternativas, se impuso, a menudo con la violencia y la irracionalidad, solo una de ellas. En breve, el pensamiento crítico se sustenta en aquella célebre propuesta de Pierre Vilar de pensar históricamente, para ubicar, localizar, relativizar, fechar, explicar, comprender y contextualizar todos los procesos existentes, incluyendo al capitalismo.
2
Es un pensamiento radical:   Para develar la injusticia y la desigualdad se hace necesario ir a la raíz misma de los fenómenos, con la finalidad de explicar sus causas fundamentales. Esto es lo que quiere decir el término radical, hurgar en el transfondo de los procesos, y no quedarse prisionero en el mundo de las apariencias. Un pensamiento radical supone escudriñar sin concesiones en los mecanismos que mantienen la dominación, la explotación y la opresión, llamando a las cosas por su nombre, y desmontando las falacias ideológicas que se emplean para encubrir con eufemismos la dura realidad. Por supuesto, la radicalidad del pensamiento no es una cuestión puramente lingüística o retórica, puesto que la misma utilización de ciertos conceptos (como capitalismo, imperialismo, clases sociales, desigualdad) implica la adopción de un punto de vista, que tiene consecuencias prácticas, en la vida de las personas que asumimos ese tipo de crítica radical.
3
Es un pensamiento anticapitalista:   En sentido estricto, en la actualidad un pensamiento radical tiene que ser anticapitalista, porque durante dos décadas se nos anunció que el mercado perfecto se había hecho realidad tras la desaparición de la Unión Soviética y su imposición garantizaba el crecimiento ilimitado y la satisfacción, vía consumo, de las necesidades de todos los habitantes del planeta. Estas mentiras han quedado hechas añicos por la crisis capitalista que se ha extendido por el mundo desde el 2008, en la que se ha evidenciado que el costo de la crisis la pagan los trabajadores, y los pobres, como lo estamos viendo en la Unión Europea, modelo por excelencia del triunfalismo capitalista, pero que hoy hace agua por todos los costados y que sitúa al mundo en la peligrosa disyuntiva fascista de la década de 1930. Si las cosas son así y se ha hecho palpable que el capitalismo en lugar de contribuir a solucionar los problemas de la humanidad los tiende a agravar con su lógica mercantil, basada en el lucro y el crecimiento ilimitado, es necesario volverse a plantear una propuesta que vaya más allá del capital.
4
Es un pensamiento abierto: Para ser radicalmente anticapitalista es indispensable apoyarse tanto en las más diversas tradiciones revolucionarias como en el conjunto de las ciencias y las artes. El pensamiento crítico precisa del dialogo permanente con diversos legados emancipatorios que se han ido construyendo durante varios siglos en distintos lugares del planeta, entre los que sobresale el pensamiento de Marx y sus seguidores más lúcidos, el anarquismo, el ecologismo, el feminismo, el indigenismo y todo lo que ayude en el propósito de reconstruir una agenda de lucha contra el capitalismo y el imperialismo. Así mismo, como nos lo han enseñado los grandes pensadores de nuestra América y de otros continentes (como José Carlos Mariategui, Antonio Gramsci, George Lukacs), la reflexión crítica se enriquece en un dialogo fecundo con las ciencias y la técnica, un intercambio necesario para afrontar la crisis civilizatoria a la que nos ha conducido el capitalismo y en la cual todos estamos inmersos. Porque esa crisis no se comprende al margen de los impactos nefastos y contradictorios de las tecnociencias, lo que obliga a tener unos mínimos rudimentos sobre las mismas, que permitan esbozar una distancia crítica y mucha mesura y circunspección.
5
Es un pensamiento que cuestiona la idea optimista de progreso: Tras constatar los costos contradictorios de la filosofía de progreso, con todo su cortejo de muerte y destrucción, es pertinente cuestionar al progresismo, en todas sus variantes, y en especial el culto a la tecnociencia, por todas las implicaciones prácticas que tiene. Hoy, cuando se ha impuesto la razón instrumental y se ha generalizado el fetichismo de la mercancía que alienta la lógica irracional de producir para consumir en un círculo vicioso cada vez más destructivo, se torna urgente problematizar los proyectos progresistas que se sustentan en el tener sobre el ser, en la cuantificación abstracta propia de la mercancía despreciando el valor de uso, en la idea de consumir hasta el hartazgo como sustituto del buen vivir en condiciones dignas. La crítica a la filosofía del progreso es indispensable para abandonar las ilusiones sobre las soluciones técnicas como forma de resolver los problemas que ha generado el capitalismo (como los trastornos climáticos o la destrucción de los ecosistemas), y volver a priorizar las soluciones sociales y políticas. Por todos los avatares de los fallidos proyectos anticapitalistas del siglo XX y de la tragedia ambiental y humana que se vive en China, ya no es posible seguir rindiendo culto al Progreso. Esto, desde luego, resulta una idea poco popular por la imposición generalizada del consumo de artefactos tecnológicos en la vida cotidiana, pero que necesita plantearse para estudiar a fondo las consecuencias nefastas de la ampliación a algunos reducidos sectores de la población del modo estadounidense de producción y de consumo, frecuentemente aplaudida como la máxima expresión de progreso, y que destruye a la naturaleza y a los pobres.
Hay que decirlo, esto no supone el abandono ni de la ciencia ni de la técnica, como frecuentemente lo sostienen quienes creen que criticar al progreso es rechazar por completo la modernidad y retroceder a la época de las cavernas. Más bien de lo que se trata es de rescatar lo mejor de la modernidad para pensar en construir otro tipo de civilización ecosocialista.
6
Es un pensamiento ecologista y antipatriarcal: La destrucción ambiental se ha generalizado en el planeta, y Colombia no es la excepción, y más ahora con las locomotoras de la minería y el libre comercio.   El ecocidio avanza de manera incontenible al ritmo de la expansión capitalista por los cinco continentes, como lo demuestran las cada vez más frecuentes catástrofes sociales, que resultan de la destrucción de la naturaleza y de la mercantilización de los bienes comunes. Esto obliga a atender, mediante la reflexión analítica, el estudio de los límites ambientales del capitalismo y los peligros que eso entraña para grandes porciones de la población, en primer lugar los más pobres. Se necesita de una nueva sensibilidad que incorpore a la crítica anticapitalista, que ha estudiado a fondo la contradicción capital-trabajo, una crítica de similar importancia que dilucide la contradicción capital-naturaleza, y que involucre a todos los sujetos sociales afectados por esta segunda contradicción. En consecuencia, el pensamiento crítico requiere ser profundamente ecologista, en una perspectiva que sea un complemento indispensable del anticapitalismo.
Al mismo tiempo, dados las notables contribuciones teóricas de diversas corrientes del feminismo, en consonancia con el sometimiento de la mayor parte de las mujeres, es prioritario que el pensamiento crítico asuma el cuestionamiento del patriarcado y de todos sus componentes de opresión y de marginación de la mitad del género humano.
7
Es un pensamiento nacionalista e internacionalista a la vez:   El capitalismo realimente existente y sus ideólogos, entre los que sobresalen los neoliberales, se han encargado de construir un falso dilema: ellos presentándose como los globalizadores por excelencia, abjuran de todo lo relacionado con lo nacional, como propio del atraso y de la barbarie. Esto lo han hecho con la finalidad de justificar la entrega de la soberanía de los países y el regalo de los bienes comunes que se encuentran en sus territorios, todo a nombre de una pretendida modernización global. Al mismo tiempo, como respuesta a ese universalismo abstracto, otros portavoces del capitalismo han suscitado feroces guerras xenófobas en varios continentes, que han suscitado la xenofobia y la limpieza étnica.
Contra ese falso dilema –entre el universalismo abstracto y el chovinismo nacionalista-, el pensamiento crítico debe y tiene que reivindicar otro tipo de nacionalismo, junto con el internacionalismo. No se puede abjurar de lo mejor de la configuración nacional en nuestra América, máxime en estos tiempos de la vergonzosa desnacionalización que han impulsado las clases dominantes en estos países, como se patentiza en Colombia. Esto no supone reivindicar ni mucho menos un trasnochado patriotismo barato, propio de la mentalidad retrograda de los terratenientes y ganaderos de Antioquia y otras regiones de este país. Quiere decir, por el contrario, postular un nacionalismo cosmopolita, basado en la máxima de José Martí: “Patria es humanidad”. Como quien dice, que estemos asentados en nuestro territorio, pero para comprender mejor el mundo relacionarnos en forma más adecuada con los otros países, y no creernos ni mejores ni peores que los demás. Ese internacionalismo, además, es urgente tanto para recuperar las mejores tradiciones de lucha de los dos últimos siglos en nuestra América, como para solidarizarnos y compartir las utopías de los oprimidos del mundo entero.
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Es un pensamiento anticolonialista y antiimperialista:   Por reivindicar lo mejor de lo nacional y lo mejor del mundo, el pensamiento crítico es, tiene que serlo, anticolonialista y antiimperialista, porque hoy se ha reforzado el colonialismo, que había sido seriamente debilitado en la década de 1960 con la extraordinaria lucha de liberación nacional que adelantaron los pueblos africanos y asiáticos, cuya gesta hizo gravitar la historia universal entrono a lo que por entonces se llamaba el Tercer Mundo. Esta epopeya anticolonialista generó imperecederos aportes intelectuales al pensamiento universal, representados en la obra de Franz Fanón, Walter Rodney, Amílcar Cabral o Aimé Césaire. Como ha quedado en evidencia hoy, el colonialismo en realidad nunca desapareció, sino que más bien se encubrió bajo otros mantos y emergió con toda su fuerza en las últimas décadas, asumiendo el viejo discurso eurocéntrico con la retórica de la globalización. Esta nueva conquista, la colonización externa, en el caso de nuestra América, viene acompañada de ese otro fenómeno que existe en este continente desde hace cinco siglos, pero del que poco se habla, del colonialismo interno, agenciado por las clases dominantes para mantener sus privilegios a costa de la exclusión, discriminación y explotación de indígenas, afrodescendientes y mestizos pobres.
La nueva colonización es también, como siempre lo fue, cultural, y ahora académica, porque de los centros hegemónicos de la cultura universitaria se imponen nuevas modas intelectuales, que desdicen y niegan de lo propio de la realidad de nuestro continente, de sus procesos de lucha y de sus propios proyectos culturales, para implantar un lenguaje artificial e impostado, elaborado para congraciarse con los nuevos imperialistas y sus mandarines intelectuales. En consecuencia, el pensamiento crítico debe estar atento a beber de lo más diversas fuentes, pero sin caer en las tentaciones de la novedad y de las modas efímeras, impuestas desde Nueva York o desde Paris.
9
Es un pensamiento que reivindica a los oprimidos de todos los tiempos y a sus luchas: El pensamiento crítico pretende develar los mecanismos de explotación y opresión en el presente, apoyándose en una visión histórica en la que emergen los sujetos que se han rebelado contra las diversas formas de dominación en diversas épocas. El conocimiento de los procesos históricos señala que incluso en las peores condiciones, como en la época de la esclavitud moderna, que perduró cuatro siglos (entre 1500 y 1890), hubo protestas, sublevaciones y rebeliones, propias de lo que puede llamarse la hidra de la inconformidad de los plebeyos. Cual hidra mitológica que renace aunque se le destruya la cabeza, lo mismo ha sucedido en diversos momentos de la historia del capitalismo, cuando a pesar de la tortura, persecución y asesinato de líderes y dirigentes populares, la protesta de los subalternos reaparece una y otra vez. Estudiando las luchas de los vencidos, se alimenta el fuego de la inconformidad en el presente, porque aquéllos nos acompañan desde la posteridad, con la memoria de sus acciones, de acuerdo al postulado de Walter Benjamin de no pedir “a quienes vendrán después de nosotros la gratitud por nuestras victorias sino la rememoración de nuestras derrotas. Ese es el consuelo: el único que se da a quienes no tienen esperanza de recibirlo” 1 . En resumen, el síndrome de Espartaco basado en el lema “Me rebelo, luego existo”, debería sintetizar la rememoración de los que han luchado en todos los tiempos, un componente indispensable del pensamiento crítico.
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Es un pensamiento comprometido y no meramente contemplativo:   Los enormes problemas que afronta el mundo actual, agravados todavía más en nuestro continente por la dependencia y servilismo de las clases dominantes, requieren tanto de una reflexión seria y rigurosa, como del involucramiento de esa reflexión con los problemas de la gente común y corriente. En pocas palabras, se trata de que el pensamiento se encarne en sujetos concretos para devenir en praxis transformadora, a la luz de los problemas específicos que afronta la mayor parte de la población. No estamos hablando de una instrumentalización artificial de las ideas, que abjure de la importancia de la reflexión y que desprecie el trabajo intelectual, sino de la necesidad de vincular, de alguna manera, esas reflexiones con los problemas reales de la gente. Me gusta reivindicar nuestra actividad como propia de los trabajadores del pensamiento, como lo hacia Julio Antonio Mella cuando decía: “Intelectual es el trabajador del pensamiento. ¡El trabajador!, o sea, el único hombre que a juicio de Rodó merece la vida, es aquel que empuña la pluma para combatir la iniquidades, como los otros empuñan el arado para fecundizar la tierra, o la espada para libertar a los pueblos”  2  . Si situamos la elaboración de pensamiento crítico como un trabajo, y no como una refinada actividad especulativa al margen del mundo real, tendremos más oportunidad de vincularnos con el resto de trabajadores, incluyendo a los que con sus manos laboran la tierra o fabrican las cosas. Así podríamos declarar, a nuestra actividad como una artesanía del pensamiento, una artesanía que genera productos intelectuales que, directa o indirectamente, deben tener alguna utilidad para la gente.
Por otra parte, el pensamiento crítico no abjura de sus compromisos y por eso sabe que es perseguido y reprimido, porque pretende encarnar otro proyecto de mundo y de sociedad, que resulta insoportable para los detentadores del poder y la dominación en nuestro tiempo, donde quiera que se encuentren. El pensamiento crítico hace suya la consigna del filósofo de Tréveris, su undécima tesis: “Los filósofos se han limitado a interpretar el mundo, de lo que se trata es de transformarlo”.
En ese mismo sentido, el pensamiento crítico además de estar comprometido con los pobres y desvalidos, es un pensamiento alternativo, porque con ellos busca elaborar propuestas anticapitalistas, planteando que otro mundo es posible y necesario, si no queremos que el capitalismo sea el fin de la historia en el sentido literal de la palabra, si dejamos que nos destruya a todos y a nuestro planeta.
11
Es un pensamiento universitario y extrauniversitario al mismo tiempo: La universidad pública ha sido una conquista de las sociedades latinoamericanas, conquista lograda con mucho esfuerzo y con el sacrificio de estudiantes y de profesores. Durante mucho tiempo se ha buscado que esta universidad fuera un espacio democrático y popular, lo que efectivamente se logró en algunos países de la región, México es el principal ejemplo. En los demás, a pesar de los obstáculos, la universidad pública ha sido durante algún tiempo el faro intelectual que alumbraba con ideas y proyectos transformadores, que incidieron fuera de los campus universitarios. Ahora estamos asistiendo a la transformación de la Universidad Pública en un mercado educativo que vende servicios y quiere convertir a profesores y estudiantes en oferentes y clientes de combos mcdonalizados. Para hacer realidad ese propósito es indispensable erradicar de los campus a todos aquellos que cuestionen, critiquen y duden, ya que la universidad de la ignorancia requiere profesores, estudiantes y funcionarios obedientes y sumisos. En concordancia, la consigna de los mercaderes de la educación es erradicar el pensamiento crítico del mundo universitario, so pretexto de que no es ni útil ni rentable. Esa es la situación que hoy afrontamos de manera directa todos los que hemos hecho de la universidad pública nuestro proyecto de vida. Es necesario, entonces, defender ese territorio democrático de los embates del capital nacional y extranjero, para preservar la libre exposición y discusión de ideas, proyectos y propuestas para construir naciones y sociedades justas e igualitarias.
Puesto que el mundo universitario solamente representa a un ámbito reducido de la población y grandes problemas de la sociedad son asumidos por organizaciones populares, que construyen sus propios instrumentos analíticos, es necesario que el pensamiento crítico se relacione con esos proyectos y esas luchas, para que aprenda de ellas y se nutra de esas experiencias, a las que luego podrá realimentar en forma dialógica. Es decir, el pensamiento crítico también se construye fuera de los espacios universitarios, en la calle, en la plaza pública.  
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Es un pensamiento digno: Para terminar, deben mencionarse las implicaciones éticas del pensamiento crítico, lo cual está relacionado con los intereses que representa, con las fuerzas sociales de las que aprende, se nutre y a la vez alimenta, y a los valores que defiende. Al respecto, la dignidad es una de sus características distintivas. Por dignidad entendemos muchas cosas, entrelazadas y complementarias: la independencia de criterio; la libertad de critica; la insubordinación; la defensa de los desvalidos; el valorar a las cosas por lo que son y no por su precio monetario; asumir los costos y las consecuencias de lo que se dice sin hacer concesiones ni traficar con los principios morales; no arrodillarse ni subordinarse a los amos y poderosos, a cambio de retribuciones, o reconocimientos formales, que buscan la claudicación; y, mantenerse al lado de los oprimidos sin importar que eso implique la marginación y la criminalización. El pensamiento digno no se vende por unas cuantas migajas, no se desmorona ante las lisonjas y halagos interesados de los mercachifles del saber y de la investigación, no se subordina a los dictados de la figuración mediática propia de la sociedad del espectáculo, no escribe ni diserta sobre aquello que proporcione dinero y fama, no negocia con el saber como si fuera una mercancía, no se cotiza en la bolsa de valores del arribismo intelectual. Quienes cultivan el pensamiento crítico caminan con rectitud con la frente bien en alto, por un sentido acendrado de dignidad, y no como le sucede a los portavoces de la mentalidad sumisa, por desgracia la vasta mayoría que, como lo afirma el dramaturgo italiano Darío Fo, “andan erguidos porque la mierda les llega hasta el cuello”. 
Notas
1. Citado en Michael Lowy, Walter Benjamin, aviso de incendio. Una lectura de las tesis “sobre el concepto de historia”, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2005, pp. 135.
2. Julio Antonio Mella, “Intelectuales y tartufos”, en Escritos revolucionarios, Siglo XXI Editores, México, 1978, p. 44.
Texto leído en el evento En defensa del pensamiento crítico, realizado el miércoles 9 de mayo de 2012 en la sede de la Universidad Pedagógica Nacional.

 

LA EDUCACIONUN CAMPO DE COMBATE
LA EDUCACIONUN CAMPO DE COMBATE

 

 

El maestro Estanislao Zuleta, escritor, ensayista, psicoanalista y profesor de la Universidad del Valle, considerado uno de los principales divulgadores y exponentes de las teorías psicoanalíticas en el país, concedió amablemente a EDUCACIÓN Y CULTURA la presente entrevista realizada por nuestro Editor, Hernán Suárez en la ciudad de Cali, en la cual formula sus opiniones sobre la educación y sus fines, así como la situación del bachillerato colombiano. De la extensa y fecunda entrevista, liemos extractado sus partes esenciales y de mayor interés para el magisterio, ante las limitaciones de espacio para publicarla en su totalidad. Queremos iniciar con ella una serie de entrevistas, con el fin de conocer las opiniones y reflexiones  de estudiosos y entendidos de la problemática educativa, que desde diversas perspectivas y concepciones contribuyan al examen que el magisterio debe hacer de las orientaciones y fines de la escuela en Colombia, uno de los propósitos del Movimiento Pedagógico.

EDUCACIÓN Y CULTURA: ¿Cuál es su impresión sobre la formación escolar de los jóvenes en Colombia y particularmente sobre el bachillerato?

ESTANISLAO ZULETA: Pienso que el bachillerato es la cosa más vaga, confusa y profusa de la educación en el país. Es una ensalada extraordinaria, en la cual se pasa de la clase de geografía a la de geometría y de ésta a la de leyenda o historia patria.

Paradójicamente, el bachillerato es una educación al mismo tiempo muy elemental y muy especializada. Lo que se enseña en matemáticas o en geografía es, por una parte, muy elemental; tan elemental que cuando el estudiante termina sus estudios, ya no le sirve para nada práctico en la vida, ni en sus actividades educativas posteriores, cuando no suele ocurrir que olvide todo lo visto.

Esta ensalada del bachillerato se la come el estudiante durante seis años y en el examen final, hoy de estado o del ICFES, vomita todo y queda limpio. Por fortuna se libera de toda aquella pesada carga de información y confusión. Pero al mismo tiempo que es elemental, es una educación muy especializada. Tomemos el caso de la historia en el período de la independencia. El estudiante tiene que aprender una cantidad de acontecimientos, que son de detalle, yo diría que de especialistas. Tal es el caso de las batallas, en el cual se estudia la ubicación de las tropas y sus generales, el ataque de los flancos, la ubicación y función de la retaguardia y la vanguardia, etc., etc., con un grado tal de especialización y detalle que se necesitaría ser un especialista en historia y estrategia militar.

En cambio, no se enseña que fue lo que pasó desde el punto de vista histórico, que es lo que interesa a un estudiante de secundaria recién iniciado en el estudio, de la historia de su país. Poco se dice sobre el tipo de sociedad de la época; cómo vivían los indios, los negros, los criollos, la nobleza; el tipo de tensiones y rivalidades que existían entre la nobleza terrateniente criolla y la corona española; los conflictos sociales entre las distintas clases y grupos. No se enseña, por ejemplo, las razones del hundimiento del imperio español frente a Napoleón, como resultado de la derrota de la Armada Invencible española frente a la armada inglesa. Que un imperio, al otro lado del mar y sin flota, tenía que perder fácilmente sus colonias. Es decir, si no sale Bolívar, hubiera salido cualquier otro. Lo que perdió España fueron las condiciones para sostener su imperio en ultramar.

 Lo que se enseña son toda clase de discursos, proclamas bobas y frases altisonantes de don Camilo Torres, José Acevedo y Gómez, etc. No se enseña cual era el problema realmente; cuál el sentido de las luchas de independencia; cuál era el dilema del país: tomar una dirección influenciado por los ideales de la Revolución Francesa o por el contrario, cerrarse sobre la tradición y el colonialismo, reafirmando la dominación española. Es una historia que tras el detalle y la minucia olvida lo esencial, lo global, lo que importa.

 Asuntos como las rivalidades entre Bolívar y Santander son detalles, pero los detalles de un gran drama histórico en la suerte y destino de un pueblo. Este hecho queda por fuera de la historia que se "enseña" en el bachillerato, queda oculto. El detalle, la anécdota, el listado de presidentes y próceres siguen dominando la enseñanza e interpretación de la historia.

 Igual cosa ocurre en el caso de la enseñanza de la geografía. A un estudiante de bachillerato le enseñan los afluentes principales de los grandes ríos como el Magdalena, el Cauca, el Amazonas, etc.; si no los aprende, puede llegar a perder el año. En cambio no es fundamental, ni se enseñan aspectos como: ¿Qué significa ser del trópico y no de un país de estaciones, desde el punto de vista cultural, social, económico? ¿Qué ha significado la montaña en la vida económica y cultural del país?

 Los sectores montañosos, donde no hay una aristocracia de la tierra, sino campesinos y colonos y una particular distribución de la propiedad territorial, en contraposición a la distribución de la tierra de la región de los grandes valles y los grandes ríos, tienen una conformación y un desarrollo social y económico diferente.

 En el bachillerato tampoco se examinan los ritmos de la historia en función del espacio geográfico, cómo se llega primero a los grandes puertos que a la montaña.

 En una palabra, pensar la geografía no solo como espacio sino ante todo como condición de vida humana.

 EDUCACIÓN Y CULTURA: En alguna oportunidad usted afirmaba que la educación es una acción intimidadora del pensamiento. ¿En qué se sustenta su afirmación?

 ESTANISLAO ZULETA: Sencillamente porque la educación, tal como ella está, reprime el pensamiento, así no se lo proponga. Su acción se reduce a transmitir datos, saberes, conocimientos, conclusiones o resultados de procesos que otros pensaron. No enseña a pensar por si mismo, a sacar conclusiones propias.

 El estudiante adquiere un "respeto" por el maestro y por la escuela que procede simplemente de la intimidación. El maestro subraya con frecuencia : "usted no sabe nada"; "todavía no hemos llegado a ese punto"; "eso lo sabrá o entenderá más adelante, mientras tanto tome nota"; "esto es así y así lo dijeron gentes que saben más que usted".

 Al estudiante no se le reconoce ni respeta como pensador, y el niño es un pensador. La definición de Freud hay que repetirla una y mil veces: "El niño es un investigador". Si lo reprimen y lo ponen a repetir y a aprender cosas que no le interesan y que no investigue, eso no se puede llamar educar.

 Confieso que personalmente no sirvo como ejemplo paradigmático de buen estudiante. Yo no soporto hasta el fin, llegue a gatas hasta cuarto de bachillerato y tire la toalla, no pude más.

 Para mí la educación es un tema que me apasiona, lo he vivido como drama con mis hijos, que en parte han sido víctimas de este tipo de educación. Mientras el alumno y el profesor estén convencidos que hay uno que sabe y otro que no sabe; que el que sabe va a informar e ilustrar al que no sabe, sin que el otro (el alumno) tenga su propio juego, su propio pensamiento, sus propias inquietudes, la educación es un asunto perdido.

 Un aspecto de interés es el examen de la enseñanza de las matemáticas en la secundaria. Al estudiante le parecía que la enseñanza de las matemáticas era un asunto claro. Al pasar al álgebra se siente uno un poco extrañado. La impresión que tuve era que empezábamos a hacer lo mismo pero con letras. Lo que nunca se nos enseñó y se nos creó la inquietud, era qué significaba pensar las matemáticas.

 Las matemáticas enseñaban, hasta cierto punto, que sus contenidos era algo que se debía aceptar, no porque alguien lo hubiera dicho, sino porque era susceptible de demostración. Eso era algo atractivo en ese mundo de la autoridad tan generalizada, la cual no es siempre visible y que constituye la realidad y cotidianeidad de la escuela.

 En la escuela a uno le enseñan que dos más dos son cuatro, que menos por menos da más; pueda que el alumno no entienda ni comprenda por qué, él sólo sabe que si lo hace así resulta y obtiene buenas calificaciones. Mientras uno no sepa por qué menos por menos da más, no hay una aprobación del proceso que conduce a dicho resultado, lo cual demuestra que también las matemáticas pueden ser un dogma, al igual que la religión o la historia sagrada.

 El álgebra que tiene el atractivo de despejar, reducir, asimilar y finalmente obtener X, se convierte para la mayoría en una pesadilla, porque nunca se nos enseñó, no sé si ahora sea lo mismo, un hecho esencial: que el álgebra es una manera de pensar que tenemos todos los hombres.

 El álgebra no es más que un desarrollo formalizado de un pensamiento que es nuestro pensamiento. Descubrir las relaciones necesarias entre términos conocidos, me permite encontrar términos desconocidos, eso es el álgebra. Es algo que todos los días estamos haciendo, cuando vamos por la calle, cuando conversamos.

 Los profesores tendrían que decirle a sus alumnos que el álgebra es el modo corriente de pensar; que no es algo que simplemente esté en el tablero o en los problemas del texto, sino que está en nosotros y en la realidad.

 Es posible que el alumno saque cinco en álgebra pero la olvidará en seguida, porque no la vinculará a procesos posteriores. Puede que la recuerde des­pués, si decide estudiar ingeniería o cualquier otra carrera, pero entonces ya no necesitará entender, le bastará con aprender las fórmulas, los resultados, con ellos podrá operar.

 La educación crea una incomunicación. Yo tengo que llegar a saber algo, pero ese "algo" es el resultado de un proceso que no se me enseña. Saber significa entonces simplemente repetir. La educación y los maestros nos hicieron un mal favor: nos ahorraron la angustia de pensar.

 

EDUCACIÓN Y CULTURA: En los últimos años ha tomado fuerza desde las esferas oficiales la llamada Tecnología Educativa y los anuncios de incorporar la informática a la educación. ¿Cuál es su opinión sobre esta teoría educativa?

ESTANISLAO ZULETA: La educación hoy en día se "hace lenguas" con los avances de la tecnología educativa y los métodos audiovisuales. La educación está siendo pensada cada vez más con los métodos y los modelos de la industria. Dar una cantidad cada vez mayor de información en el mínimo do tiempo y con el mí­nimo de esfuerzo. Hacer en la educación lo que hace la industria en el campo de la producción: mínimo de costos, mínimo de tiempo, máximo de tontería.

El que educa con estos sistemas no sabe, lo que está haciendo, pero lo hace en el mínimo de tiempo, de la manera más rápida y menos costosa; a ello se quiere llegar con la tecnología educativa y los méto­dos de enseñanza audiovisuales, confundiendo educación con información.

La ideología de la informática ha producido una revolución en el campo educativo, que es prácticamente una peste. Es allí donde queda más radical­mente reprimido el pensamiento como actividad.

Un ejemplo tomado de la enseñanza de la biolo­gía podría ilustrar mi afirmación: En cierto momento de mi bachillerato nos tocó estudiar la célula. El profesor apoyado en el tablero nos pintó un círculo y explicó: "Esta es la célula". Más por Fe que por la razón aceptamos que "eso" era una célula. Se nos decía también que era microscópica, pero allí se veía.

"Esto que ustedes ven aquí es la membrana, dentro de la membrana está el plasma y en el plasma está el núcleo y poco a poco se van formando los cromosomas hasta que se ahorcan y se forman dos células". Entonces el maestro pintaba dos bolitas en el tablero.

Lo que resulta interesante de este procedimiento, es que uno como estudiante tenía la ilusión de aprender, pero precisamente porque no pensaba, se limitaba a ver, oír y repetir.

Si el maestro aceptara que el niño o el joven es inteligente y que puede enfrentarse con problemas complejos, entonces, en lugar de tanta figurita o imágenes, el maestro tendría que exponer el concepto de célula, no la imagen, porque la imagen no es el concepto. Se puede o no apoyar en un dibujo, lo cual es secundario.

El maestro debería entonces explicar que la mem­brana es la piel de la célula, es lo que la separa del mundo que la rodea, así como nuestra piel separa nuestro cuerpo del mundo que lo rodea; también es lo que la protege e individualiza, si no tuviera membrana la célula no sería más que parte de un charco o de otros líquidos. Pero al mismo tiempo que la membrana es la piel es también la comunicación con el mundo, la membrana es la boca, por allí come; pero también es el ano, porque por allí expulsa lo que no le sirve, con lo que siente; es su gran ojo. Entonces la célula es una piel, una boca, un ano, un ojo, una membrana, el sistema sensitivo. El niño quedaría asombrado de una célula que es todo eso a la vez. Posiblemente no se le olvidaría y sería fuente de muchas preguntas e inquietudes; sería más fácil explicarle cómo después las células se van especializando en una boca, en un ojo, en una piel, en un ano, etc.

Lo que me interesa resaltar es que los métodos audiovisuales o las imágenes crean en el estudiante la ilusión de que sabe que es una célula, pero lo que ve es una raya en el tablero y un conjunto de nombres. Una célula es un conjunto de funciones que habría necesidad de explicar e interrelacionar.

 Se cree que con la magia de los nombres y de las imágenes el alumno entendió un concepto del cual no se ha apropiado; de nada le va a servir lo que no ha entendido.

 Además del problema de enseñar resultados del conocimiento sin enseñar los procesos del conocimiento, existe un problema esencial: En la escuela se enseña sin filosofía y ese es el mayor desastre de la educación.

 Se enseña geografía sin filosofía, biología sin filosofía, historia sin filosofía,  filosofía sin filosofía, entendiendo por filosofía la posibilidad de pensar la cosa, de hacer preguntas, de ver contradicciones.

 

 EDUCACIÓN Y CULTURA: ¿Por qué la Educación actual es una educación sin filosofía?

 ESTANISLAO ZULETA: Porque es una educación para que el individuo rinda cuentas sobre resultados del saber y no para que acceda a pensar en los procesos que condujeron a ese saber o a los resultados de ese saber. Le ahorran a uno la angustia de conocer, lo cual es un pésimo negocio, tanto en la educación, como en cualquier otro campo del saber.

 Al alumno, por ejemplo, se le enseña el sistema solar y la teoría de Galileo. Si está en un colegio de clase alta, le muestran con ayuda del betamax o equipos audiovisuales el movimiento del sistema solar y los planetas. Es decir se le muestran los resultados del saber de Galileo pero no el proceso que condujo a dicho saber, las angustias y conflic­tos que enfrentó Galileo al formular su teoría.

 Al niño le imponen dogmáticamente que todo lo que él vive es falso, que lo verdadero es lo que está en el betamax, en el cine o en la lámina didáctica. Lo que él ha pensado, lo que él siente es considerado falso, él queda descontinuado.

 No hay un enseñar partiendo de los ejemplos de lo que el niño conoce a través de su experiencia  para mostrarle que lo que a él le "parece" o ha vivido son también problemas, sino que se prescinde del saber y la experiencia del niño y se le dan los resultados finales del "Conocimiento, que no son más que verdades dogmáticas, carentes de vida e interés.

 Lo que el estudiante ha vivido, la manera como él ve las cosas espontáneamente, lo que él piensa, todo ello no cuenta. En cambio se le imponen resultados que supuestamente refutan su propia vivencia y que son considerados y deben ser considerados como la verdad por el alumno.

 Yo no sé al detalle cómo funcionará la educación en la actualidad, pero en mi época de estudiante una persona muy inquieta dificultaba las clases. Una persona poco dada a aceptar la verdad del maestro dificultaba las labores escolares. En cambio un individuo que tuviera una aptitud competitiva por tener mejores notas que sus compañeros, sin preguntarse mucho por el sentido de su afán, se llevaba sistemáticamente el primer puesto. Es algo sobre lo cual no se han realizado estadísticas, pero así lo viví yo en mi época, no sé si siga siendo así hoy en día.

 EDUCACIÓN Y CULTURA: Las políticas educativas en los últimos años han señalado como uno de sus fines ligar la educación a las necesidades de la produc­ción, concentrando su atención en la relación educación-economía, educación-producción, dejando de lado la definición de un proyecto o propósito cultural definido. ¿Cuál es su valoración de dicho enfoque?

 ESTANISLAO ZULETA: Voy a considerar la educación como uno de los elementos del proceso económico, es decir me acojo a los textos e interpretaciones de Marx que me son más familiares. Desde esta perspectiva, se analiza la educación como la producción de una mercancía que denominamos: fuerza de trabajo calificada que tiene una demanda en el mercado. La educación se ocupa de preparar a los estudiantes para intervenir en las distintas formas de trabajo productivo en los diversos sectores de la economía.

 La eficacia de la educación para preparar los futu­ros obreros, contabilistas, ingenieros, médicos o administradores, se mide por las habilidades que el individuo adquiera para realizar tareas, funciones u oficios dentro de un aparato burocrático o productivo. Su eficacia depende también del dominio de determinadas técnicas, poco importa que la realización de las tareas productivas coincida con los proyectos o expectativas del hombre que las realiza.

 Se trata en esencia de prepararlo como un empleado del capital, por lo tanto, no es muy importante que piense o que no piense los procesos productivos del saber, sino que haya logrado manejar determina­das habilidades que permitan producir resultados determinados.

 El profesor norteamericano Gintis, al analizar la educación norteamericana, sostiene que para el sistema capitalista es necesario formar no solamente un conjunto de individuos con determinados conocimientos sino también con una determinada aptitud y ella básicamente es la renuncia a toda iniciativa.

 Gintis afirma, de manera brillante, que la crítica a la educación, generalmente proveniente de los sec­tores que tradicionalmente se llaman de izquierda, es una crítica que supone que la educación debería formar pensadores pero no lo logra a pesar del costo inmenso en tiempo, recursos humanos, ayudas y equipos. Lo que finalmente logra producir es una especie de técnico con conocimientos parciales, particulares, especializados.

 Gintis hace notar que ese es el tipo de técnico que la sociedad necesita. No en una forma voluntarista y para llevar a cabo determinadas intenciones, sencillamente lo que resulta es también lo que necesita.

 Vivimos en una sociedad que es altamente burocratizada -señala Gintis- para referirse no sólo a las sociedades capitalistas sino también a las socie­dades que hoy se consideran socialistas. En estas sociedades altamente burocratizadas el individuo va a participar en empresas (públicas o privadas) en las cuales existe una rígida jerarquía en dos sentidos: el trabajo que manda y el trabajo que obedece; el trabajo que planifica y el trabajo que ejecuta.

Nos enfrentamos ante una delegación general de la iniciativa. El trabajador de base carece de toda iniciativa, obedece órdenes; el supervisor del obrero obedece también órdenes; el ingeniero y el subgerente administrativo obedecen también. Sin embargo, la iniciativa no la tiene el gerente, como pudiera pensarse, él también obedece al mercado y a las conveniencias del capital, es decir, el gerente también ejecuta. En síntesis, nos enfrentamos a un proceso, a una cadena de despersonalización generalizada por delegación general de la iniciativa. Hay un gran planificador que no es una persona, es el mercado y las conveniencias del capital.

Gintis se pregunta qué clase de hombre se necesita para estar adaptado a este tipo de trabajo; pues no sería bueno que en una empresa burocratizada se vincularan personas que tengan la rara costumbre de tomar iniciativas, de poner objeciones, de pensar por si mismos. No encajarían bien en dicho sistema, por el contrario, crearían problemas.

En este sentido, nuestra educación es, por una parte, desastrosa en cuanto a, la formación de individuos que piensen, que tengan autonomía y creatividad, pero no es nada desastrosa en cuanto a la producción de personas que se, ajusten a tareas o empresas que nos les interesan; personas que tienen que ganar el examen de álgebra sin que le interese el álgebra; personas que tienen que estudiar sin que les interese el estudio. Para producir este tipo de personas la escuela que tenemos es la ideal, está hecha para tal fin.

 

EDUCACIÓN Y CULTURA: Si ello es así, ¿cómo se explica que aun los propios empresarios se quejen de las pocas posibilidades para el trabajo que se obser­van en los bachilleres egresados de centros de formación tecnológica?

ESTANISLAO ZULETA: Yo creo que no sólo es el bachillerato, también las Universidades. Lo que ocurre es que desde la primaria a la gente se le educa en función de un examen, sin que la enseñanza y el saber le interese al estudiante o se relacione con sus expectativas personales, situación que se va a repetir una vez termine sus estudios, es lo que va a encontrar en la vida.

Al terminar sus estudios, el individuo no va a salir a expresar sus inquietudes, sus tendencias, sus aspiraciones, sino que se va a enganchar en un aparato o sistema burocrático que ya tiene su propio movimiento y que le va a pedir determinadas tareas o actividades sin preguntarle si está de acuerdo o no con los fines que se persiguen.

Es un sistema educativo en el cual la gente adquiere la disciplina desgraciada de hacer lo que no le interesa ganar; de competir por una nota; de estudiar por miedo a perder el año, de la misma manera que va a trabajar por miedo a perder el puesto.

Desde la niñez el individuo aprende a estudiar por miedo, a resolver problemas que a él no le interesan. El capital ha puesto bajo su servicio y control la iniciativa, la creatividad y la voluntad de los individuos.

Para producir un "buen estudiante", que no le interesa aprender pero sí sacar cinco; que le da miedo perder el año y sólo por esa razón estudia, puede que el tipo de educación actual sea muy malo desde el punto de vista del conocimiento, pero es el ideal para el sistema y sus intereses.

 Por ejemplo, a nadie dentro del actual sistema le va a interesar tener un cajero que tenga una crítica del dinero, sería peligroso para los intereses del banco y de los banqueros.

En cambio, si se les prepara de tal manera que sepan contar bien y rápidamente grandes fajos de dinero, que sepan hacer cuentas, que al final del mes sepan hacer un balance de pérdidas y ganancias, son más útiles que si supieran la teoría marxista del valor y del funcionamiento de la economía. Serían muy peligrosos incluso en la Unión Soviética.

Es decir, el sistema necesita formar gentes que hayan interiorizado una relación de humildad con el saber, la educación lo logra y ese es nuestro sistema educativo.

EDUCACIÓN Y CULTURA: Sus reflexiones hasta ahora dejan entrever una concepción que reivindica una dimensión humanista para la educación. Por qué no profundizar sobre el tema...

ESTANISLAO ZULETA: Lo que considero una educación humanista, para utilizar el término de su pregunta, es una educación que permita y fomente el desarrollo de la persona, es decir, que las posibilidades de desarrollo del individuo no estén relacionadas y determinadas por el mercado. Desgraciadamente en nuestra sociedad el hombre no va a vivir de sus posibilidades, sino de la venta de su fuerza dé trabajo.

Al sistema no le interesa mucho, desde el punto de vista de la eficacia de su aparato, que el individuo se realice y se desarrolle en sus posibilidades, sino que haya individualizado la humildad frente a sí mismo.

Si usted es buen subgerente de cartera, no le presta a los pobres pero sí a los ricos, podrá llegar a ser gerente. A un individuo así no le puede interesar sino una cosa: el éxito, la diferenciación, la promoción, pero no la realización de sus posibilidades. Mientras menos las realice y tenga una mentalidad "técnicamente" lacayuna, más éxito tendrá.

La educación, y el maestro sin saberlo, están formando al individuo para que funcione como necesita el sistema, está preparando burócratas, en el sentido amplio de la palabra.

Nuestros niños, que a veces juegan, o hacen juegos de palabras, pintan con cierto talento, les interesa jugar con los números, queremos hacer de ellos perfectos burócratas, se reprime su pensamiento para poder mantener una fábrica de microburócratas que puedan "funcionar" en todas partes.

La educación en últimas, tiende a producir un individuo heterónomo, es decir, alguien que tenga el máximo de heteronimia (dependencia de los demás) y el mínimo de autonomía.

Un individuo que no sepa qué le pasa y qué puede hacer cuando tiene niguas; sino que tenga que contratar un médico, pagar una consulta para que le saquen una nigua.  Un individuo que no sepa qué pasa cuando se apaga el fogón, sino que tiene que contra­tar un electricista, porque él no sabe cómo funciona un fogón eléctrico.

La producción de un individuo heterónomo, que carezca al máximo de autonomía y que además tenga fe en el resto, en los que saben hacer otras cosas, a los cuales "alquila" para resolver problemas que él no puede, ello conduce a que todos nos necesitemos como mercancías, que el mundo mercancía domine la vida.

 

Para lograrlo la escuela forma una actitud ante la división social del trabajo, hecha de fe ciega oír el otro y de ignorancia asumida sobre sí mismo.

 No es extraño entonces que hoy en día al niño no se le enseñe cómo es la casa donde vive, como proponía un ruso inicial, Lenin. Que se le enseñe cómo funciona el reloj, la estufa, cómo se hacen los muebles, etc. En últimas, que se le enseñe al niño dónde vive y por lo tanto no esté rodeado de fantasmas y misterios que otros saben.

 El profesor Gintis se preguntaba: ¿Es un mal resultado?  ¿O es el resultado de una educación para una sociedad en que la forma mercancía rige todo el mundo?

 En una sociedad como la nuestra a muy pocos se les ocurre hacerse esta pregunta e intentar una res­puesta, no les resulta necesario. Sencillamente porque la sociedad necesita que la gente no sepa nada de su cuerpo y de su funcionamiento, porque para eso está la medicina, para citar sólo un ejemplo.

 La medicina es una profesión en la cual el médico va a trabajar para una clientela. Se dice que hay necesidad de cerrar las facultades de medicina porque supuestamente hay un exceso de médicos, lo cual es una aberración afirmarlo, ya que no hay un exceso de médicos en el sentido de la cantidad de enfermos que se necesita atender, sino un exceso de candidatos a burgueses por medio de la medicina, de eso sí hay efectivamente un exceso.

Si se preparara personal que supiera tratar la malaria, la tuberculosis, la parasitosis; que enseñaran a la gente, al menos, a hervir el agua, faltarían muchos médicos, pero eso no convertiría a nadie en burgués. Todo lo que invirtió la familia y el Estado en el privilegio de formar un médico, es pagado por éste convirtiéndose en burgués.

 La relación actual de la medicina es una relación con la clientela, más que una relación con la enfermedad. El médico puede estar rodeado de enfermos pero no de clientes. El no necesita tener una gran sensibilidad social para vivir en medio de los barrios y las gentes pobres, él sabe cuáles son las causas de la enfermedad en estos sectores. Sabe que hay falta de higiene, de agua potable, de alimentación adecuada, sabe que es un fenómeno social y económico, pero él se limita a su consultorio; él lo que sabe y va a tratar es un hígado y por tanto se especializa en el tratamiento del hígado.

 Si este individuo se decide a pensar por sí mismo y reflexiona: "Yo decidí ser médico porque era un combate contra la enfermedad, porque era un com­bate en favor de la vida y contra la muerte innecesaria"; pero él lo que se encuentra es con la injusticia social, con la explotación, con la marginalidad y ese no es su "oficio", o para ello no ha sido formado.

 La educación, de la que hemos venido hablando, le ayuda mucho a no pensar; a no problematizarse; a dedicarse a lo suyo; a ser eficiente como médico-burócrata; como le ayuda también a otros profesionales de otras disciplinas.

 EDUCACIÓN Y CULTURA: Si la educación produ­ce unes resultados tan catastróficos y desalentadores cómo se explica la "fe ciega" en la educación por parte de todos los sectores sociales y del propio Estado. ¿Por qué una "equivocación" tan socialmente extendida y aceptada?

 ESTANISLAO ZULETA: Nuestra sociedad necesita no sólo formar burócratas, necesita también crearle a todo mundo la ilusión de que es una perso­na con posibilidades, con futuro y que la educación es un ascensor social.

 La educación pública probablemente se podría suprimir y llegar a una situación en la cual el que quiera ser médico que pagué el costo, lo cual significaría que sólo los hijos de los ricos podrían ser médicos, y con estos médicos bastaría.

 Pero nuestra sociedad necesita crear y alimentar la ilusión de la cual vive: la ilusión de que es una sociedad democrática, una suciedad en la cual hay movilidad social e igualdad de oportunidades. El manido cuento de que un individuo llegó a ser lo que sus padres no eran y demostrar con ello que la nuestra no es una sociedad cerrada, sin movilidad social.

 Esa ilusión cuesta mucho, es el costo de mante­ner la educación pública. Ella es importantísima para sostener el sistema, porque le sería muy difícil a las clases dominantes confesar que no es una sociedad democrática con igualdad real de oportunidades como pregonan los liberales.

 Desmontar la educación publica significaría des­montar las ilusiones, es el costo que están pagando por mantener esa ilusión. Gran parte de la educación pública es lo que le cuesta a la burguesía sostener la ilusión de la mayoría de la población de que su destino no está dado por su nacimiento sino que se debe o resulta de la adecuada utilización y aprovechamiento de las oportunidades que brinda el sistema a través de la educación.

 Nuestra sociedad, que se precia de liberal, democrática, con movilidad social e igualdad de oportunidades tiene qué pagar un costo altísimo por este discurso y cada vez le costará más. Sin embargo, para los maestros este costo significa un espacio político. Tenemos que emplearlo para crear un espacio desde el cual podamos combatir el sistema en su conjunto. No es el único, pero es uno en el cual el magisterio tiene grandes posibilidades.

 Quiero precisar que mis opiniones no quieren decir que se liquide entonces la educación. Es un mal negocio para las clases dominantes y allá ellos con su negocios e inversiones.

 El campo de la educación es un campo de combate. Todo el mundo puede combatir allí, desde el profesor de primaria, pasando por el de secundaria hasta el profesor de física atómica de la universidad.

 Combatir en el sentido de que mientras más busque la posibilidad de una realización humana de las gentes que educan más estorba al sistema. Por el contrario, mientras más se eduque a las demandas impersonales del sistema más le ayuda a su sostenimiento y perpetuación. Este es el campo de combate de los educado­res, tienen un campo abierto allí y es necesario que tomen conciencia de su importancia y posibilidades.

 Fuente: La educación: un campo de combate. Entrevista a Estanislao Zuleta. Revista Educación y Cultura #4, FECODE. Bogotá. 1985.

 

 

 

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LA EDUCACION COMO UN CAMPO DE COMBATE. E
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EL PROBLEMA DE LA AUTONOMIA CIENTIFICA Y CULTURAL EN COLOMBIA
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LA CIENCIA Y EL PUEBLO
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LAS GRIETAS
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FALS BORDA Las grietas de la democracia
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PREGUNTAS DEL SEMINARIO SOBRE CIENCIA POPULAR Y CIENCIA ELITE

 

¿Qué piensa de la ciencia popular?

¿Por qué se habla de la tendencia santanderista?

¿Caules son esas metodologías que propone el autor Fals Borda en el texto “La ciencia y el pueblo: nuevas reflexiones sobre la investigación-accion”?

¿por que el distanciamiento total del investigador de sus prejuicios es tan dificil?.

¿Cómo se devuelve a ls comunidades populares su conocimiento que sirvió para una investigacion? ? ¿Cómo sin historia, sin geografía, solo con pedagogia?

¿Qué estrategias emplearimos para devolver el saber?

¿Qué hicieron Ricardo de los Rios y Ricardo Rendon (caricaturistas politicos)?

¿Para que la historia?

¿Relmente quien es el campesino?

 

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LECTURA PROPUESTA PARA ANALISIS Y ARGUMENTO DE SUS RESPUESTAS
PAGÈS, J./SANTISTEBAN, A. (2008). Cambios y continuidades: aprender
la temporalidad histórica. JARA, M.A. (coord.). Enseñanza de la Historia.
Debates y Propuestas. Neuquén (Argentina): EDUCO - Editorial de la
Universidad Nacional del Comahue. 95-127.
Pagès-Santisteban 2008 TH Jara.pdf
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TALLER LECTURA PAGES  Cambios y continuidades: aprender la temporalidad historica

 

  1. la historia que se enseña en los colegios sirve?
  2. cual es la relacion espacio/tiempo?
  3. la conciencia historica es conciencia temporal?
  4. que es el futuro?
  5. por que se dice que la idea de tiempo esta en relacion con el cambio acelerado?, que consecuencias tiene?
  6. que es la modernidad liquida y que relacion tiene con la historia inmediata y la historia reciente?
  7. que son las representaciones sociales del cambio y como evidenciarlas?
  8. que realcion hay entre el tiempo de ficcion y la ideologia del espectaculo con la memoria manipulada?
  9. por que es importante la conciencia historica en la educacion para la ciudadania?
  10. que es conciencia historica?
  11. que dice Saab sobre la conciencia historica?
  12. por que el discurso historico diferencia memoria de conciencia historica?
  13. por que la memoria historica y la conciencia historica tienen una funcion cultural? y que parte cumple el pensamiento historico?
  14.  cuales son tipos de memoria?
  15. como se relacions la conciencia historica y la enseñanza de la ciudadania? 
  16. que dicen Gadamer, Todorov, Cruz, Pages sobre la conciencia historica y la memoria?
  17. que parte cumple aqui el concepto de ciudadania e identidad?
  18. realice un mapa conceptual de los estudios historicos
  19. que oínas de la propuesta cronologica de Cristhian para la comprension del alumnado?
  20. por que en el espacio leemos tiempo segun Scholögen?
  21. como han sido estudiadas las relaciones espacio tiempo?
  22. cual es el metodo de Rananto Stopani para relacionar espacio tiempo? tiene realcion con cartografia social?
  23. por que se dice que el tiempo historico es un metaconcepto?
  24. cual fue la repercusion de la obra de Piaget sobre el tiempo?
  25. que opinas de la condensacion de la temporalidad que realiza Santisteban?
  26. a que se refiere el enfoque regresivo?
  27. que es el metodo retrospectivo? tiene relaicon con la historia presentista?
  28. que se dice del metodo tematico?
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PAGES, Joan (1994). La didáctica de las ciencias sociales, el currículum y la formación del profesorado. En: Signos teoría y práctica de la educación, Año 5 - número 13- octubre diciembre 1994. Págin
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TALLER LECTURA PAGES La didáctica de las ciencias sociales, el currículum y la formación del profesorado.

 

Que es didactica?
Como la asimila Tomachewski, Benedito (1987) o Contreras (1990) ?
a que se refiere Joshua y Dupin (1993 ,2) respecto a  que la didáctica es especiales?
En que consiste La finalidad de la didáctica de las Ciencias Sociales?
  • cual es el cambio que se da en las relaciones de las didacticas generales a las especiales?
  • De que dispone la didactica para delimitar su actuacion?
  • Cual es la finalidad, metodo, objetivos, papel del alumnado, su conocimiento,  del curriculum tecnico, el curriculum practico y el curriculum critico?
  • que sabes d elos estudios sociales dados en USA 1960?
  • puede existir un curriculum emergente, presentista y de historia de tiempo presente?
  • DENTRO DEL CURRICULUM PRACTICO se muestra una devolucion sistemica?
  • Cual es la importancia de los movimientos de renovacion pedagogica?
  • El desarrollo del curriculum practico por que ha sido desigual?
  • Cuales son los criterios del curriculum critico según Popkewitz (1983) y de Apple (1986) ?
  • ¿Cuál ha sido y es el papel del profesorado ante el currículum y ante las propuestas de cambiarlo? ¿Se le ha preparado para tomar decisiones sobre el contenido que enseña? ¿Se le ha enseñado a analizarlo y a cambiarlo cuando no produce aprendizajes? 
•Que hallo en las  Investigaciones Thornton?
•Como investigo  Blanco  y aque conclusion llego?
•Que investigo Pages y a que conclusion llego?
el docente Luis Felipe castrillon ha escrito sobre didactica de las ciencias sociales?

 

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ESTANDARES Y COMPETENCIA EN CIENCIAS SOCIALES Y NATURALES
ESTANDARES CIENCIAS SOCIALES Y NATURALES
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COMPETENCIAS CIUDADANAS
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EJEMPLO (aqui estan todos los grados)
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K. Barton Investigacion sobre las ideas de los estudiantes acerca de historia
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Estandares de competencias en Sociales MEN
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Los contenidos de Ciencias Sociales en el curriculo escolar J Pages
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Las restricciones en la construccion de ideas sociales Castorina
Las restricciones en la construcción de
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1. DELVAL, Juan (2007). Aspectos de la construcción del conocimiento sobre la sociedad. En: Educar, Curitiba, n. 30, p. 45-64, 2007. Editora UFPR.
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2. CASTORINA, J.A.; BARREIRO A (2006). Las representaciones sociales y su horizonte ideológico una relación problemática. En: Boletín de Psicología, No. 86, Marzo 2006, 7-25.
J.A. Castorina y A. Barreiro.pdf
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3. SANTISTEBAN FERNANDEZ, Antoni (2007). Una investigación sobre cómo se aprende a enseñar el tiempo histórico. En: Enseñanza De Las Ciencias Sociales, 2007, 6, 19-29
SANTISTEBAN FERNÁNDEZ, ANTONI.pdf
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4. ARRAIGA, Rebeca (2002). Reseña de “La investigación didáctica de las ciencias sociales. Perspectivas y aportaciones desde la enseñanza y el aprendizaje de las nociones económicas” de Gabriel Travé
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OJO  EL LUNES SE CANCELAN LAS SUSTENTACIONES EN EL COLEGIO MALABAR...QUEDAN POSTERGADAS PARA EL DIA MIERCOLES  27 DE NOVIEMBRE... DEBEN ASISTIR A CLASE EL LUNES 25 DE NOVIEMBRE EN HORAS DE LA TARDE EN LA UNIVERSIDAD DE CALDAS EN EL AULA U220 A LAS 2PM

como construir un PRAE??????
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[1] Friedich W, Nietzsche. Así habló Zaratustra. Trad. Sánchez Pascual. Madrid: Alianza Editorial.